Oscuro y enigmático en tu totalidad. Me siento día intentando comprender la oscuridad de la noche. Me siento pez fuera de su agua; me siento pozo con fondo.
Enigmático.
Tengo la sensación de que contigo puedo componer la banda sonora de mi vida y hacerla trending topic en ése canal de radio nocturno que escuchamos cada noche en el silencio de la fricción. Entre tus brazos me siento fuerte; me siento un fuego artificial atacando a todo ser artificial. Y cuando me atacas por la retaguardia; cuando me sorprendes sin esperar tu presencia, soy erupción volcánica. Arraso por donde paso y por donde no. Al igual que cuando callas y sólo observas mi silueta en el contraste de luz de luna a través de la persiana de tu cuarto dando rienda suelta al vicio. Ahí soy yo al 100%; soy ése cuerpo y astro brillando en aparente identidad desconocida que conozco a la perfcción.
Magnética.
Cuándo me rozas me siento tormenta silenciosa. Fría. Calculadora. Mi ventilación es música que se puede observar desde el otro lado de tu transparente coraza mientras te acurrucas en la manta. Y cuando me agobio al verte ir, diluvio. Baile constante bajo la angustiosa sensación. Cuando no te tengo pero siento que te aproximas, cuerpo de atracción. Paso a una escala superior. Escala 10. Sabes dónde tocarme para alterar mi protocolo de princesa desorientada.
Excéntrico.
Admiro la forma cósmica de tu fuerza sobre mi. Adoro cómo vuelcas todo tu peso sobre mi cuando rozamos el espacio a punto de colisionar con un astro mayor. El top ten de nuestros encuentros. Eres sideral, celeste, astral, estelar... Iluminas mis noches más oscuras en esa calma que me propicia la tormenta interior. Vamos a acariciar la oscuridad. Hagamos de este nuestro ex-desierto un lugar mejor. Vamos a humedecer el sueño que nos persigue. Mi punto sideral. Creo que es momento de afirmar los voltios a los que nos sometemos juntos.
Resistente.
Integrado en mi pecho. Metiendo los dedos en el enchufe buscando nuevas fuentes de energía te vuelves eléctrico; silueta de alto voltaje. Elevada tensión de baja resistencia sometido a mi inexperiencia en este territorio minado por calambres y espasmos sidéreos.
Impregnante.
Curiosa manera que tienes de desvestir mis miedos con tu mera presencia. Me gustaría ser indebida contigo. Debería. Estaría bien que te prestase a la ciencia de mi ser. Donarte para que supiese y confirmase que no todo en esta vida tiene una explicación. Que dejarnos ser entre tanta ansiedad vital por rascar migajas del qué será y no será si hago o no lo que quiero o no quiero.
Tiene todo lo que me no me gusta que tenga para no desear querer tenerlo. Pero lo quiero para mi. Mi desordenada y calmada dicotomía.
Posdata: Sé que el destinatario se pone al principio de las cartas; pero siempre he hecho lo que he querido en cada momento y yo lo pongo al final:
Con cariño, para mi chico. Se llama Valor. La vida con él es increíble. Tiene hermanos gemelos por el mundo, encuentra el tuyo. Hazlo tuyo.
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