Nadie sabe mi canción vaforita.


Se me ha roto el auricular derecho y menuda mierda. No hay cosa que más odie. Es horrible... pero bueno, la canción sigue. A lo que iba; la gente cree que me conoce pero en realidad nadie sabe mi canción favorita. Canción que no tiene nada que ver con mi canción preferida para bailar como una loca dándolo todo en el medio de cualquier discoteca, bar, calle... en la mitad de mi habitación mientras llevo ésa camiseta horrible de propaganda de qué sé yo qué supermercado y el culot ése tan cómodo... Qué sé yo.

Pero nadie sabe mi canción favorita, ésa que pongo cada vez que necesito evadirme de ésto, no sé... Ésto hoy no va como de costumbre... hay días en los que estoy compuesta de nerviosismo, alegría, locura, felicidad o simplemente no estoy, pero hoy, hoy estoy hecha de miedo.  Ese que te eriza la piel como me pasa cuando escucho mi canción a todo volumen, ese que te entrecorta la respiración y se hace suspiros silenciosos. Llevo como una semana con un nudo en el estómago; no soy capaz de dejar de darle vueltas a lo mismo; ya siento si te estás mareando. Creo que inconscientemente espero que te marees y te vayas pero nada, la que acaba mareada soy yo. Y es irónico, porque ya no me acordaba de ti de esa manera, es como cuando llegas al examen y ves ese calificativo que nunca has sabido usar correctamente en las frases y dejaste pasar cuando lo viste en tus apuntes con la esperanza de que no lo volverías a ver. Pero nada, que tienes una sonrisa que joder; qué sé yo... intentaba no volver a verla pero parece que eres de la clase de inoportunos que aparecen cuando se les está a punto de olvidar. Y qué sufrimiento, que mientras tu sufres porque no sabes cómo parar el tiempo, yo sufro porque no sé de qué color es el viente tan dulce y excitante que se escapa de tu boca con tan sólo una sonrisa...
Y qué miedo me ha dado ver que me hacía ilusión ver que tú me mirabas cuando yo no te miraba, o ver que no eres capaz de estar más de tres segundos mirándome y no sonreír. No sé; es bonito. Pero qué miedo cuando soñé contigo hace como una semana. Es como mirar por la mirilla y tener miedo a que alguien entre en tu casa y te descubra con la habitación patas arriba. En el fondo, creo que el miedo a abrir puertas, en parte es por culpa de nuestros padres que no nos dejan abrir la puerta a cualquiera. O el hecho de que no nos dejaban aceptar caramelos de cualquiera. Es por ello que siempre esperamos que tras algo dulce, hay algo amargo, no sé. Cosas raras.


Mientras tanto, música. Ella lo arregla todo. No pasa nada, con música todo es más ameno jajaja. Y bueno, qué queréis que os diga, él me recomendó escuchar mi canción favorita y desde entonces, no soy capaz de centrarme cuando miro su sonrisa y esos ojos claros llenos de SECRETOS. 

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