Soy humana.


Quizás sea eso, que somos unos yonkis del "hoy no, mejor mañana". Será que nos gusta sentir esa adrenalina mezclada con miedo que nos eriza la piel y nos pone los pelos de punta cuando llega ese momento en el que vemos que ahora o nunca, que o lo decimos o callamos para siempre. Somos masocas, no cabe duda. Es muy fácil simplificar las cosas, pero no. Nos gusta el riesgo. Nos gusta sentir cómo salvamos la partida  después del Jaque, nos gusta ver cómo llegamos a la hora a clase por milésimas de segundo, nos gusta ver cómo conseguimos ganar al Mario Car gracias a que Luigi se ha estrellado en la segunda de tres vueltas, nos gusta ser los que hablan en ésa última oportunidad para hacerlo tras un si alguien se opone, que hable ahora o calle para siempre.

Pues yo me opongo.

Me importa lo más mínimo todo y todos, me importa mi felicidad; me importa que seas feliz, que nadie te prometa amor eterno mientras que sólo te regala desvelos cada anochecer. Me apetece ser la que joda este momento diciendo "Yo me opongo". Porque es así, me opongo. Y no soy egoísta por ello, soy humana.

Y yo lo único que digo es que la felicidad está en la libertad de hacer lo que nos da la gana. Lo moral se lo dejamos a esos que saben diferenciar lo correcto de lo incorrecto. Preguntadle a Leiva a ver si siendo terriblemente cruel, no es feliz. O a Alasca si no era feliz cuando gritaba " a quién le importa lo que yo haga, yo soy así y así seguiré". Que le digan al loco que el puente no es atractivo y el acantilado su mejor amante. Que le digan a la luna que la noche es peligrosa, que no es hermosa. Que me digan a mi que hay que hacer lo correcto siempre que en ello reside la cosecha que uno siembra. Já. Me río. El campo va a crecer igualmente si decidimos plantar sobre él una noche de borrachera o en lunes dormidos o un miércoles de lucidez absoluta.

Y yo me opongo.

¿Renunciar al momento de libertad? Nunca. Libertad es dormir hasta que el cuerpo no aguante más en la cama; libertad es salir a la calle y lanzar el paraguas que tanto odiamos a la basura y mojarnos bajo la lluvia mientras tenemos el tema que nos gusta a todo volumen en nuestras orejas; libertad es gritar a los cuatro vientos que no podemos con algo y no sentir que hemos fracasado; libertad es recorrer cada rincón de tu cuerpo sin miedo a estrellarnos en esa recta de sentimentalismos que dicen es mortal; libertad es ser pero no ser, quedarse en un término medio entre novios y amigos, llamémoslo "término golfo"; libertad es Jugar a las correr por el monte sin saber hacia dónde queda el norte y perdernos; libertad es no ocultar las necesidades que tenemos y gritarlas o hacerlas sin miedo parar a pensar.

Y por hacer lo que queremos, no somos egoístas, somos unos yonkis de carne y hueso
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