Hoy mando yo. Estira.


Soy feliz, soy feliz, soy feliz, soy feliz...

No pienses que he perdido el poco juicio que me quedaba. He leído por ahí que si repites mucho eso, al final se te aparece. Pero estoy a punto de descubrir que si repites éso en mitad de una plaza cualquiera, lo único que consigues, es que un puñado de ancianos te tiren piedras de pan de hace dos semanas y te encuentres rodeado de ratas voladoras y algún que otro pequeño gorrión, un puñado de niños corriendo distorsionando tu buscado silencio y un grupo de jóvenes sonriendo hasta que el temporizador llegue a cero. Sonrisas de diez segundos. Sentenciadas por un flash. Vendidas por un puñado de likes. Eliminadas cuando el terminal determine que la memoria interna y externa estén a punto de petar.

Y hablando de jóvenes y de 10 segundos. Cuando vayas a hacerlo, hazte un favor y escoge un buen lugar, entendiéndose por buen lugar, uno cualquiera en el que entra desde el de aquí te pillo aquí te mato, hasta el por todos conocido picadero de toda la vida... Es de tener en cuenta por otro lado, que lo que vas a hacer, esté a la altura de las expectativas o el famoso "Ya nos llamaremos" será leyenda urbana. Para ello, es bueno que se cumpla al menos uno de los tres requisitos; privacidad máxima, peligro inminente o claro escándalo público.


El caso, es que yo no sé lo que has vivido o experimentado en otras ocasiones, pero lo que tienes que hacer está más claro que el agua. No tiene pérdida la teoría. Que tu sepas algo que yo no sé, las canas que tu tiñas o no, los kilos de detalles y sabiendas que cargues a tu espalda... me importan lo mismo que la reproducción de una berza, tu hazme caso a mi en ésto. Todos los días tendrás a algún toca-extremidades que te diga lo que tienes que hacer aunque no sepa lo que te pase exactamente. Y mira por dónde, que hoy me ha tocado a mi. Agárrate que voy. Hoy las riendas las cojo yo. Y no te asustes, que seguirás siendo igual de machito que cuando te susurro al oído que lo hagas tú. Pero hoy decido todo yo.

 Siéntate.

Algunos ésto lo hacen a oscuras, pero yo prefiero las emociones fuertes. Vamos a hacerlo con luz. Dará igual si hay o no público. Y sigue sentado. Vamos a amenizarlo con algo de música para que no sea tan violento y sobre todo, y ésto va para todos los que intentéis hacerlo como yo, aseguraos de que tenéis bajo control vuestra querida Playlist, que en el peor de los casos, os puede salir a la luz un Fary con faringitis o un rubio de baute que os corte el rollo de tal manera que eso no haya dios quién lo eleve a su mayor potencia. Os recomiendo algo cañero que os alegre. Bien; punto aclarado, seguimos...
Por último, lo que voy a meter en escena, son un par de espejos. Uno para cada perfil. Tú si quieres, mira sólo al que apunte a nuestro mejor perfil. Pero el espejo le va a dar un punto cachi a ésto.

Ponte cómodo que vienen curvas.

¿Estás listo?

Pues vamos allá.
Estira la boca, hazme el favor, anda. Contrae esos mofletes, afila labios, achina ojitos y presume de arrugas. Y no vale que lo hagas con la mano, hazlo con esos 16 músculos faciales que tienes.  Estira la boca con ganas, porque hoy ya toca, porque tú lo vales y porque joder, qué bien te queda. Hazme caso. Y no te levantes de la silla todavía. Mírate al espejo... por tu perfil bueno si quieres. Mírate. Acercando tus comisuras a las orejas, a esas a las que estoy saturando con mi consejo de hoy, consejo que va dejando secretos de confesión en tu aparato auditivo.

Sonríe, joder.
Y no me digas que no tienes por qué. Motivos, quién los necesitará... Además, si tu no los tienes, yo te regalo un par. Escucha éste tema, es la canción que te hace bailar como un loco aunque no entiendas la mitad de la letra. Así que estira esa boca. Hazme caso. Estoy segura de que harás a diario estupideces mayores y por gente que ni siquiera conoces o importa. Supongo.

Sonríe. Empapa sin preocuparte de a dónde estás apuntando. Sólo quiero que estires esa boquita y me importa un bledo si es durante diez segundos que dura un temporizador antes de sacar una fotografía o si es de mentira o si es la más sincera del mundo. Lo importante es que me hagas caso y estires la boca.

Estira la boca que así estamos todos... caminando con una sonrisa esperando dar con otra boca estirada con la que la nuestra se quiera acostar.

Hazme caso. Aunque sólo sea por 10 segundos.






CONVERSATION

0 comentarios:

Publicar un comentario