No soy una persona fácil, pero ¿alguien lo es?
Yo lo admito. Soy difícil. Soy rara a mi manera, rara como esa
sensación amor odio que te puede provocar la vecina del sexto cuando te dice
que qué guapa estás y acto seguido te mira de arriba a abajo y te preguntas si
realmente te habrá mirado antes de hablarte y admirar tu yo o es una simple
frase hecha que lleva en la lengua dispuesta a escupir con tal de quedar medianamente
bien contigo. Es como cuando alguien te dice; te quiero, pero mejor como
amigos. ¿Estamos tontos o qué? Luego me llaman difícil a mi, a mi que soy un
interrogante andante, a mi que me sale sonreír sin esfuerzo aparente y por
dentro no paro de llorar. A mi... ¿A mi? Si no hay quién entienda a nadie. No
sabemos ni lo que pensamos nosotros mismo como para pensar en si lo que dicen
los demás es lo que quieren decir realmente o es una respuesta o frase fingida.
Y preguntas y más preguntas. Al fin y al cabo, interrogantes; éso somos.
Somos interrogantes formulando interrogantes sobre otros
interrogantes. Si; puedes releer la frase anterior para entenderla ya que no la
has pillado a la primera; te dejo que lo hagas. ¿Listo? Pues seguimos.
Nos pasa a todos, nos pasamos la vida formulándonos preguntas sin
saber siquiera lo que queremos saber. -¿Qué tal te ha ido el día?... Mmm; Y qué
cojones me importa a mi si tu día ha sido bueno... - preguntamos y caemos en el
vicio de las preguntas comodín: ¿Qué tal? ¿Qué hago con mi vida? ¿Crees que
hago bien? ¿Saldrá bien? Vamos a ver, preguntando por preguntar cuando en
realidad preguntas con la intención de que te respondan lo que quieres - Estoy
genial, lucha que te mereces lo mejor, haces fenomenal, va a salir genial...-
En fin.
Tampoco soy una persona difícil, pero ¿Hay alguien que sea
difícil?
Yo alucino cuando escucho que alguien se considera alguien difícil
- Yo soy super difícil (banda sonora y aplausos efusivos de fondo incluídos
acompañados de voz en off mientras me aparto sensualmente el pelo de la cara)-
¿Y qué más? Una cosa es que no llevemos manual de instrucciones bajo el brazo
al nacer ya que lo de traer un pan debajo del brazo es un mito, y otra es que
seamos difíciles. Las personas no somos difíciles, nos conformamos con poco.
Que nos escuchen, que nos valoren, que nos quieran quienes queremos... No sé,
tampoco es tan complicado. Difícil; palabra bomba, palabra que utilizamos como
sinónimo de muralla china; difícil. Ejem. Y ni qué decir tiene que para que a
veces confundimos ser unos raros con ser difíciles. "Yo me considero
difícil", "No hay quién le entienda, que difícil es"... ¡No!
Permíteme que te diga que no, que no es difícil, las personas no somos
difíciles, somos diferentes. Distintas, por suerte. O eso se supone.
Entonces, lo dicho, no somos difíciles, tampoco fáciles, somos
todo lo contrario.
Somos como una moneda de dos caras, a veces somos ángeles, a veces
demonios. Unos días blanco, otros días negro; o gris. Quién sabe... si en el
fondo, el término medio existe para algo, existe para no ser extremadamente
extremistas. Digo yo; yo qué sé. Al final, para qué meternos en un grupo -
Grupo de personas fáciles y difíciles- cuando podemos ser libres sin tener la
necesidad de hacer honor a un grupo o clase a la que pertenezcamos, y
sorprender. Unos días ser puro amor, otros días el mismísimo Satán.
v
0 comentarios:
Publicar un comentario