Enero sabe cómo besarme.

Y es que tiene los ojos del color del mejor café del mundo. No sé en qué momento me dejé enganchar por esos brazos que tiene, y esas manos tan grandes que saben acariciar y ablandar todos los problemas y días malos. Tiene una tripa en la que hay terremotos cada vez que no come ochenta veces al día y sobre la que consigo no ver ni media película por culpa de mis mejores siestas. Y no tengo palabras para describir la cabeza que tiene. La fuerza y poder de superación que tiene. Lo mucho que envidio tanta fuerza interna y la gracia que me hace su cabezonería neutralizada por al mía. Es algo así como sano, como Enero. Le miro, y es como mirarle a él.
Enero.
Una nueva oportunidad para conseguir lo que queremos; el que nos saca bandera verde para volver a intentarlo, para corregir, abordar, atar, cuidar, diseñar e ilustrar. Un nuevo comienzo y toda la incertidumbre que eso conlleva.

Y tiene una sonrisa de otro planeta cuando saco mi versión más estúpida a relucir, cuando me confundo en el restaurante y pido arroz cuándo quiero pasta, cuando monto fiestas con una simple lámpara de mesilla de noche, cuándo sé cómo hacerle quedarnos tres minutos más y no separarnos todavía; o cuándo le como a besos de pez. Y es capaz de aportarme toda la serenidad que este terremoto a veces necesita con una simple mirada. Una de esas que te convence a hacer cualquier locura sin dudar. Sabe cómo ingeniárselas para liarla parda. Cómo hacerme temblar, reir, gruñir y llorar en una misma tarde.
 Hacerme sentir.
 A secas.
 Sin trampa ni cartón.
Sin trucos finales ni salidas inesperadas.
Complementar algo que estaba roto hace tiempo y llenarlo de ganas. Sabe darle sentido a los besos en la frente.


Y sé que sólo estamos a 11 de Enero. Pero me basta este tiempo con él para saber que es el mes por el que quiero apostar a ganar. Empezar con buen pie un año, una historia, una vida... creo que no es algo tan descabellado. Y sé que algunos no lo entenderán y que a otros les parecerá ir a la velocidad de la luz. Pero Enero, quiero que sepas que estoy enamorada de ti. De saber que eres comienzo, mi comienzo. Por ese que quiero ir a por todas este año. Porque sólo yo sé con exactitud (aunque tampoco en su totalidad) lo que pasa dentro de mi cada vez que te tengo conmigo otra vez y lo que cuándo no te tengo a mi lado. Los tirones que sufro de la tensión acumulada por las ganas de todo. De los nervios de cada día como si de la primera vez que empezamos año se tratase. De las ganas que no se desgastan, si no que crecen. Cada día un poco más y cada día un poco mejor. Y también sé que las cosas pasan por algo y que dos extraños cansados de mucho, no se dan una oportunidad al mismo tiempo por suerte.

Y dicho esto, Enero, bésame.
Agarra mi cara con tus enormes manos y bésame.
Que me quedo para rato.

CONVERSATION

0 comentarios:

Publicar un comentario