Me niego.

 La situación sigue sin estar bajo control. Y es que todo parece una canción de Bals. Lento, siguiendo un protocolo, primer paso cumplido y comienzo del segundo. Una nota más fuerte que otra, un vuelco al corazón.

Es esa sensación en la cual te encuentras cuando suena tu canción, esa de la cual sabes cada golpe, cada nota, cada letra. Su comienzo y cómo termina. Pero no quieres que suene la última nota. Y bailas. Bailas como si nada pasase, como si no supieses que la canción llega a su última estrofa,  como si tras agarrarte la mano, no supiese que llega el momento del giro, pliegue y tu salida de escena. No me hago a la idea. Aunque en realidad si, pero no quiero. No quiero despertarme una mañana y no escucharte.  No quiero que llegue un cambio a mi vida y no me digas tu famoso "cariño, tranquila que tú puedes. A la noche me cuentas lo bien que te ha ido". No quiero. Me niego.  No me gusta pensar que puede que te vayas sin despedirte; me lo prometiste. No quiero que llegue un mediodía en el que no debatimos juntas y saquemos conclusiones que según nosotras, salvaría el mundo. No sé qué haré cuando necesite contarle un secreto a alguien que sé que me va a aconsejar siempre lo que necesito y no lo que quiero oír.  La canción todavía no se ha terminado, estamos a tiempo de reiniciarla y hacer que dure un poco más de lo establecido.  Sigamos bailando y cantando como hasta ahora; sonríeme levantando la ceja como sabes que adoro. Agárrame la mano y se fuerte, yo lo estoy siendo; no me lo pongas difícil...  El baile sigue,  la canción aún no ha tocado su última nota. Stay.






CONVERSATION

0 comentarios:

Publicar un comentario