Generación ikea.

Creo que no sería mala idea dejar de ahogarnos en vasos de agua y utilizarlos para lo que realmente son; para beber agua. Mucha agua. Toda la que sea necesaria para no deshidratarnos en esto que tenemos ante nuestros ojos. Se llama vida. Deberíamos sonreirle más a ella que al objetivo de la cámara. Sólo hay una y esto no se soluciona apagando a lo bestia el aparato y reiniciando el juego como si no hubieses sido tan torpe de lanzar directamente tu personaje a la boca de la planta carnívora.



Y es que, creo que es algo evidente que somos capaces de aprender gracias a plataformas como youtube, a hacer unos nudos marineros que no los soltaría el mayor de los tsunamis, pero seguimos siendo unos torpes en eso de aflojar un poco el nudo que se nos forma en la garganta. Que tenemos miles de artículos, enciclopedias y librerías con información sobre mil temas. Somos la generación carpintera sin saberlo. Somos capaces de crear muebles con un plano de construcción creado a base de a penas tres hojas completas con cuatro dibujos y un par de números indicadores. Supongo que ikea tiene la culpa; o el mérito. Y somos incapaces de coger un martillo y derribar un solo ladrillo de ese muro que nos autoconstruimos justo delante de lo que realmente queremos y es mundialmente conocido como "Lo imposible". También somos esa generación que se forma en todo y más. Tenemos el cajón lleno de  pedazos de papel que determinan que somos graduados, titulados y licenciados en lo que nos ha salido del codo y más. Sabemos hablar idiomas por un tubo; yo misma, podría defenderme en cinco idiomas ahora mismo. Pero... ¿Sabemos comunicarnos con el mundo para expresar nuestras nuevas perspectivas y salirnos de los bordes de ese folio que no hace más que coger polvo en el cajón? Y todos estamos como locos intentando saber más para abrir todas las puertas posibles en nuestra vida, pero luego, topamos con una que ojalá se hubiese quedado cerrada y madre mía. Desisto. Es imposible que las cosas salga bien. Creo que cuando una puerta se cierra, no se abre una ventana. ¿Qué cojones? ¿Es automática la ventana y cuando no entra aire por la puerta, facilita ella voluntariamente el flujo de aire? ¡Já! Cuando una puerta se cierra, la abres. Le echas dos cojones y si quieres seguir avanzando de habitación, te lo tienes que currar tú. Para pasarte ese juego al que andas jugando todas las noches viciado en tu cuarto, bien que miras en google dónde está el truco y buscas la manera de descifrar el candado. Pues tus problemas no los va a resolver una encuesta de "7 maneras de saber si te...", pero tienes dos piernas para seguir andando y dos manos para seguir probando combinaciones.

Y todos tenemos derecho a tirar la toalla de vez en cuando, tampoco vamos a ir de superhumanos... Pero creo que sería bueno que supieses que vivir de fantasmas del pasado, te convierte en casa abandonada. Puede que darte una segunda oportunidad sea el cambio definintivo. Puede que aquel "El que la sigue la consigue" o el famoso "a ver si coincidimos por ahí" que siempre tachamos de frase hecha y dejamos pasar, sea la combinación del candado. Que la siguiente puerta se abra. Y puede que la felicidad esté ahí, saludándote por debajo de la pequeña e imperceptible a la vista ranura que separa la puerta del suelo.
Me parece bastante razonable el dejar de crear muros en vez de caminos y dejarnos de vasos y empezar a llenar nuestra vida. Está en cada uno de nosotros decidir ser la piedra tótem colgada de ese viejo cordón en ese polvoriento rincón del desván de las cosas que quisieron ser pero no fueron, o esa piedra del camino que hace tropezar y acaba siendo chutada hacia nuevas posiciones. Y ojalá cojamos el martillo y empecemos a derrumbar el muro que nos creamos y llegue ese momento en que no sepas decidir cuál de todos, ha sido el mejor golpe que has dado en tu vida.

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