Primer casi año sin ti.



Primer casi año sin ti y ya te echo de menos.

Te quiero.


Sé que estas cosas se dicen al final de las cartas justo antes de firmar y tras declararte mi amor. Pero ya sabes que siempre hago las cosas cuando me da la gana. No estaría de más contarte antes de nada, que ciertas cosas como esas, no han cambiado. Sigo siendo ese manojo de rizos alborotados y sonrisas que hacen lo que les da la gana cuándo les da la gana y con el siempre certero argumento de porque sí. 
Quería contarte todo lo que ha pasado mientras tu no estabas aquí de una manera física. Dejarte tranquila diciéndote que he sido feliz muchos días; de verdad. Contarte que han habido días en los que te he sentido a través de todas las personas que ya estaban y las que se me han sumado a la vida y siempre he pensado que una parte del amor que me han transmitido, por pequeña que fuese, era tuyo. También te quería dar las gracias por todas esas veces en las que te has aparecido en mis sueños para sonreírme y decirme que todo iba bien y que me diese tiempo justo antes de que ama me despertase con sus besos y su gran manía de tocarme los pies para que amanezca y empiece un nuevo día y me deje de vaguear. También te quería contar que muchas personas me han preguntado que qué tal lo llevo y les he dicho que bien. Y no es mentira, ya lo tengo asumido. Algún día volveremos a estar juntas. Pero hay días en los que pesa. Mucho... Es inevitable no sonreír cada vez que veo Mujeres y Hombres y viceversa como hacíamos juntas y recordar tus comentarios. Sentirte cada vez que escucho a alguien pedir un café con leche en vaso y muy caliente. Sentirme fuerte cada vez que bebé me agarra la mano como hacías tu cuando algo me viene grande. Saber que si quiero puedo cada vez que aita me mira con su fuerte semblante y me dice que las cosas no caen del cielo y nadie te regala nada como solías decirme tu cada vez que me cansaba de ir a por imposibles que gracias a tus ánimos, muchas veces llegaron a ser posibles. Sentirme protegida cada vez que pido un abrazo y me aprietan como si fuesen a romperme las costillas como cuando me decías que te abrazase yo porque tu no tenías fuerza para hacerlo tan fuerte como te hubiese gustado. Feliz con cada beso en la frente que me dan porque me recuerda tus besos de cada noche con sabor y olor a ese caramelo de regaliz que te gustaba comer tras la cena. A veces te echo tanto de menos... 


Quería contarte que el año ha sido una casa de locos. He descubierto nuevas cosas y me he sentido genial, he conocido sitios realmente increíbles; te hubiese metido buena chapa enseñándote fotos y vídeos con un café de por medio. Lo saben los indios. He viajado sin ama y aita, abuela. Y he sobrevivido jajaja. Fijo que hubieses estado cada noche ansiosa de noticias mías para saber que tu bombón estaba bien, sana y salva. Por fin he empezado a estudiar Italiano y sigo estudiando de lo mío como te prometí. Cómo me gustaría darte las chapas que te daba antes cada vez que leía algo increíble o veía uno de esos documentales frikis que acababa poniéndote mientras tu sonreías a pesar de no entender ni papa pero te lo tragabas de principio a fin porque te gustaba la cara que ponía yo al verlos. También contarte que he empezado con el carné de conducir. Tranquila, prometo no ser una cabra loca y andar siempre con cuidado como si estuvieses sentada a mi lado con tu repertorio de onomatopeyas. ¡AH! se me pasaba... tengo un par de proyectos entre manos super chulos. Espero que todo salga bien.


He conocido a tanta gente increíble este año... Me encantaría poder presentarte a más de uno. Y mis amigas siguen ahí, esas que decías que eran tan guapas en las fotos que te enseñaba que les tenía que doler la cara. En las duras y en las maduras siempre puedo contar con ellas. No sé cómo lo hacen, pero a pesar de mi manía de no comentar que estoy mal ni pedir ayuda nunca, saben que la necesito y les falta tiempo para acudir a mi. También, quería contarte lo mucho que he cambiado. Principalmente, decirte que he dejado de morderme las uñas por fin. Y creo que ya le voy pillando el sentido a tu famosa frase de buena sí, pero tonta no que tanto me repetías. No me conformo tanto como antes; me he vuelto exigente con lo que quiero y lo que no. He aprendido mucho. Y no me va pero nada mal. No me cuesta tragarme mi orgullo con las personas que son importantes para mi y he dejado de guardar para mi todo lo que siento; ahora prefiero quedarme tranquila habiendo hablado todo y dejar de llevarme malos ratos por tonterías. Que eso es lo que acaban siendo; tonterías. Y me he dejado llevar. Ya no soy tan roca como me decías que era. Creo que estoy aprendiendo a no reprimirme cuando me apetece decir te quiero a alguien o a decir lo mucho que me importa una persona sin esperar que lo de por hecho como hacía antes. Eso sí, sigo cubriendo mucho mi patatita; sigue costando un poco todavía. Y cuando no ha costado, ya has visto cómo ha acabado o está acabando. Tú me entiendes. Aunque estoy aprendiendo. Y llevo tu lema "que te quiten lo bailado" por bandera. No hay que dejar para mañana lo que se puede hacer, decir o sentir hoy.


Y para ir terminando, quería contarte que ya tenemos el árbol de navidad puesto. Que me tendré que buscar estas navidades otra aliada para comernos a escondidas las bolas de chocolate del árbol para luego a la hora del recuento final, negarlo todo... Que estas navidades están siendo diferentes antes de empezar siquiera. Parece que empezamos nuevas tradiciones... disfrutaremos los baños en el jacuzzi que tanto te gustaban, te lo prometo. Y seremos felices, que sé que es lo que siempre querías y sigues queriendo. Pero todo está siendo y va a ser muy diferente este mes de este año.


TE QUIERE: Tu bombón chuscado.

CONVERSATION

0 comentarios:

Publicar un comentario