; del verbo quedar.

Dime "quédate", del verbo quedar.




















                       : que me quede porque he venido sin saber a dónde con la única afirmación de mi sonrisa. Porque cuando decido irme, desde hace un tiempo a aquí, lo hago de verdad. Porque si me voy, no sé volver. Porque no tengo respuestas; sólo ganas.
Dime que me quede, porque me he ido muchas veces sin saber cuándo volvería a verte y aun así, esperé. Dímelo porque quiero escucharlo de ti. Ver que no voy a dónde no quieren que llegue. Quédate. Dime. ¿Quieres? Dímelo o paso de página y te aseguro, que quemo libro. Susúrralo aunque sea. Que me quede, porque ya que he venido, quieres apostar lo mínimo... Y siempre he dicho que si tengo que pedirlo, no lo quiero. Pero esta será la excepción. Otra de muchas que me salto a la torera contigo sin un por qué en claro. Que sepas que es difícil para mi, pero te cedo la pelota. Quédate. Con ella o sin ella. Conmigo o sin mi. No quiero perder el tiempo quedándome por algo que no va a seguir. No me gusta perder más de una vez contra el mismo contrincante. Como me vaya de la pista, me quedaré como mera espectadora. Lúchame un poco, hay demasiadas cartas que se han escrito y no entregado, innumerables historias a medias por miedo de pronunciar "quédate".

Noviembre.

No sé quién me robó octubre. Me han pillado con el pijama puesto, las decisiones en el aire y las ganas atadas al cuello en forma de nudo en la garganta.

Y no tengo mucho en claro.
 Solamente una cosa.
Quédate. Justo ahí; dónde estás.

CONVERSATION

0 comentarios:

Publicar un comentario