Escritor invitado.

Siempre escribes sobre ti de un modo indirecto y sin dejar que se te llegue a conocer del todo, como si tuvieses miedo de que alguien te llegase a conocer más de la cuenta y tenga las herramientas necesarias para atravesar esa coraza que te caracteriza, roquita. Hoy me he tomado la libertad de, respetando eso, hablar de ti desde fuera. Porque creo que no eres capaz de verte objetivamente en numerosas ocasiones. Espero que este sea un post que no has escrito tu pero que consiga que la pantalla del ordenador sea tu espejo cuando lo leas. 


Hoy te has levantado menos huracán de lo normal. Y eso asusta. Asustas cuando no apareces con tu enorme fuerza un día más. Ahora estás ahí, hecha una bolita como dices tu. Con esos calcetines gordos que tanto te gustan porque te permiten estar con los pies que tan poco te gustan, calentitos mientras sigues teniendo esa sensación de poder andar descalza que tanto te gusta. A veces te he observado y eres feliz cuando estás descalza. Supongo que te hace sentir libre. Y ese dedo gordo; ese que siempre pones hacia arriba como si de buscar wifi se tratase. Y cuando te tropiezas con todo como si hubieses nacido con dos pies izquierdos o tuvieses el superpoder de saber cuándo las esquinas necesitan saludar a tu dedo pequeño. Y ahí estás. Con tus rizos alborotados mientras apuntas a saber qué en esa agenda que tanto te gusta sentada a lo indio. Nunca he entendido cómo puedes ser tan contradictoria en ese aspecto. No te gusta planear todo al milímetro y eres una experta en eso de la improvisación, pero te gusta tener las cosas apuntadas y te pone nerviosa no tener tus situaciones sentimentales bajo control y también eres imposible de controlar... Y no te haces una idea de lo culoinquieto que eres y la cantidad de posturas raras que adoptas cuando estás enfrascada en tu mundo. Tu preferencia  por sentarte en el suelo en vez de en la silla o sofá, tu incapacidad física por ver una película entera sin moverte ocho veces de posición por minuto. Lo has hecho, acabas de arrugar la nariz. Es un gesto difícil de asociar contigo porque solo lo haces con aquellas personas con las que sacas tu yo más oculto. Cuando juegas como una niña de diez años a tocar la nariz o las orejas y la arrugas cuando te lo hacen a ti. Cual ratoncillo. Y acabas de torcer la cabeza dejando al descubierto ese cuello que tan sensible al tacto tienes. Eres tremendamente vulnerable ahi, ¿Eh? Y tienes los papos colorados... cosa que no extrañaría a cualquier persona que haya pasado más de dos minutos cerca de ti y haya comprobado en sus propias carnes, la cantidad de calor que desprendes. La chica en llamas. Papotes rojos... Esos papos que parecen pellizcables y blanditos a la vista, pero cada vez que uno intenta agarrarlos, más macizos que el marmol.

Y acabas de mirarme con esos achinados ojos marrones que pones cuando sonríes. Eres de esas personas que saben hablar con la mirada... de esas a las que se les ve la mala hostia de lejos y a las que les lees la palabra amor sin necesidad de más. No dejas que muchos indaguen en las profundidades de tu forma de ser, pero cuando quieres, eres un libro abierto. No sabes el poder de convicción que tienen tus ojos clavados en los de otras personas cuando los mezclas con esa sonrisa pícara que sacas y esa cabezonería con la que pronuncias tu famoso "El no ya lo tienes, me cago en todo". Creo que es una de las cosas que más te caracterizan en tu relación con los demás. Eres pilar cuando se te necesita. Siempre sabes encontrar ese punto de vista que se nos pasa por alto a los demás. Todavía recuerdo esa conversación en la que conseguiste hacerme dudar sobre si conseguíamos tocar las cosas al 100% jajaja. Eres templanza en los momentos necesarios y alegría en todos los demás. Tienes una personalidad de armas tomar, y lo sabes. Eres un puto huracán y cuando hay cortocircuito, divisamos apagón en toda la ciudad. Siempre he pensado que si tendría que describirte con seis palabras serían la primera de todas, AMOR. Seguidas de PERSONAL, LIBERTAD, ESTABILIDAD, SENCILLEZ y EXPLOSIÓN. Y te diré por qué: Hay personas que como tu dices, las miras y son amor; tu eres amor. Tenlo en cuenta. Personal porque eres siempre capaz de dar ese toque tuyo a todo lo que haces y porque tu en sí, lo eres. Exotismo autóctono. Y eres libertad porque no retienes, aunque haces fácil el afiliarse a ti de un modo u otro. Sabes ganarte a las personas. Y también eres un alma muy libre aunque en el fondo, necesites ahí a tus personas favoritas como sueles llamarlas tu, más de lo que reconoces.  Estabilidad... como te he dicho antes, sabes mantener la calma en el mayor de los terremotos. Eres refugio cuando todo se tambalea y hace falta un famoso abrazo de oso que estabilice todo con esa sencillez con la que vives y eres. Y explosión. Porque sabes que cuando quieres, eres una bomba de relojería con esa personalidad arrolladora que tienes corriendo por tus venas. Y una bomba de seducción pasiva. 
Como he dicho, eres un terremoto en muchos aspectos, pero sabes retroceder siempre a tiempo y con quienes sabes que tienes que hacerlo. Nunca olvidaré tu frase de "Si discuto contigo durante más de diez minutos y el enfado me dura más de once, no te quiero". Verte enfadada y discutiendo es gracioso. Si alguien que lea esto te conoce, sabrá que no eres capaz de no soltar una chorrada que disuelva la conversación en el momento más adecuado. Que te cuesta horrores dar tu brazo a torcer, pero tienes repuestos en tu cartera de "si es tu versión, la respeto pero no la comparto, punto.". Que si hay algo en el mundo que te guste más que el morado o los gatos, son los abrazos fuertes. De esos que como tú dices, rompen costillas.


Y das. Y sabes cómo y en qué medida hacerlo. A tu manera y con tu toque de frialdad cercana que te caracteriza. Cuando quieres no mides. Y siempre dices que se acabó, que no te pasará dos veces, pero sigues siendo consciente de que quieres sin medida cuando te saben sacar esa versión de ti que tanto dices que te gusta. Y te digo, que no cambies. Porque eso es lo que te hace tan tu. Tan amor y tan personal y tan libertar y estabilidad y sencillez y explosión. Porque eso es lo que eres, amiga.

Creo que tenías que leer por una vez algo sobre ti de una manera menos metafórica y más desde fuera. Eres una persona preciosa, rizos! 

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