Una vez me pidieron que explicase lo que significaba para mi vivir y amar y dije que mucho. Me hicieron explicar lo que era mucho. Y me di cuenta de que las cosas grandes no se llegan a explicar en su totalidad nunca. A partir de ahà confirmé mi objetivo en la vida: Ser y fluir.
Hemos venido a jugar y si se juega; se juega con todo. No se trucan dados ni se guardan ases en la manga. Se va con doble o nada. A cara o cruz. A impulso y deseo. A por todas. No vale con amar; hay que decir "te amo" y hay que hacer el amor. Estamos aquà para arriesgar y darlo todo por lo que nos arranque el motor de la vida. Perder lo que nos hace palpitar (aunque sea durante un segundo) es de estúpidos, estúpido/a. Las balanzas las utilizaremos en el juicio final, los pros y los contras no hay que medirlos. Hay que traducirlos al castellano y ver que significan experiencias vividas y aciertos cometidos. ¡Qué delito! Atrévete a vivir y a sentir, hemos venido a jugar.
Y ahora me dirás que la vida es más que dejarse llevar, que existe la responsabilidad. Y te diré que la principal responsabilidad que tienes es la de vivir. Y eso conlleva ser feliz, fluir, sentir; ser. Sobre todo, ser.
No quiero mirar nunca hacia atrás y sentir que me he privado de las cosas más sencillas y grandes de la vida como puede ser haber disfrutado de no hacer nada o hacerlo todo y de haber soltado una sonrisa presa de agobios estúpidos. Vamos a crear un punto de inflexión y vamos a mandar a la mierda todos los miedos por sentir y vivir algo que no controlamos. Vamos a ser. Seamos la bala perdida de nuestros planes y el virus letal de lo lógico. Que sea lo que se hace no es motivo para hacerlo, amor. Vamos a revelarnos contra nuestra mejor opción y hagamos que salga en nuestro periódico mañana un titular potente: La rebelión del disfrute. Vamos a disfrutar de la letra pequeña y a poner un pie en la tierra y otro en las nubes. Vamos a dejarnos llevar.
Si te animas, te prometo bailar con música que no suena pero sà late. Vamos, te invito a dejarse llevar. acompáñame; es algo que no comparto con cualquiera. Es una pasión, emoción y sentimiento que no cedo a cualquiera. Te mereces fluir. Recuerda que has venido a jugar; déjame que te rompa las reglas esas que llevas, en toda la cara. Y por último, te prometo que te convenceré de que estás equivocado. Porque vives creyendo que sin arriesgar no se pierde, pero ignoras todo lo que puedes ganar. Vamos a ser y a estar, y a no dejar de ser para estar.
0 comentarios:
Publicar un comentario