Desde ti, yo.

POSDATA (Sí, ya sé que las posdatas se ponen al final y tras haber declarado la guerra o el amor, pero yo soy una rebelde y la pongo antes de nada): VIVAN LAS PERSONAS QUE TE PRESENTAN AL PROTAGONISTA DE TU HISTORIA DE AMOR MÁS IMPORTANTE.

Y dicho esto...

Amor:

No te imaginas ni lo mas mínimo lo que has causado en mi en este poco tiempo. Ahora soy capaz de hablar de ti y de mi, de lo bonito que creamos juntos. Capaz de confirmar que la frase " tanto en tan poco tiempo" es real. Que existe y que es  tan real como que me vuelvo a sentir fuerte contigo.  Y justo cuando empezó todo esto, he de decir que me temblaban las piernas; y no por las mismas razones  por las que haces que me tiemblen ahora. Y es que tu caricia a mi mejilla y ese beso, fue el mejor inicio de cualquier historia de amor que haya podido empezar, a pesar del miedo que me daba; a pesar de parecer que en cualquier momento Freddy Krueger iba a salir de la nada. Y a diferencia de muchas otras, sé que esta no quiero que termine nunca. Y es que ella ya me lo dijo, que nadie me miraba de arriba a abajo como tu, que se veía de lejos que esos rizos y esa sonrisa brillaban los días de sol como nada.
Y no sabes la seguridad que me aportas, lo que confío en ti desde que vi que mi vida era mejor a tu lado. Que podía afrontar todo porque yo puedo y tú me lo haces ver. Y que vas a estar conmigo salga como salga. Observando mi sonrisa tras cada logro y susurrándome al oído al anochecer, que sonriendo estoy preciosa; que esos mofletes son más "mordibles" cuando sonrío fuerte y sin vergüenza a nada. Cuando me desnudo en cuerpo y alma y nos ponemos delante del espejo y me encanta lo que veo. Lo que somos, lo que hacemos, cómo nos compenetramos; externa e internamente. Haces que todas y cada una de mis cualidades se potencien y eleven a máximo exponente con un simple recordatorio de que tu estás ahí; conmigo.

Y sé que esto empezó hace mucho, pero que por una razón u otra, decidimos darnos ese famoso tiempo en el que nunca he creído ni nunca creeré. Terminé por reconocer aquella noche de cubatas a 2x1 que aquel momento en el que decidiste irte, no supe quedarme del todo. Que una parte de mi salió corriendo tras de ti pero en silencio. Sin meter ruido, sin que tu lo supieses, sin que yo me diese cuenta. Y he buscado la suavidad de tus manos en las manos de muchos extraños, pero ninguna se asemejaba a la tuya. Ningunos ojos me miraban como tu; nadie veía a mi yo real y surfeaban en la superficie de mi ser sin proponerse siquiera, unos minutos de apnea. Y no he estado siendo el huracán que era al faltarme. Mi fuerza se fue con tu portazo...

Pero has vuelto.
He vuelto.
Hemos regresado.

Y aquí estoy, haciendo malabares para encajarte de alguna manera en mi vida. En esa que juré que era libre y como una veleta, fiel al viento, y solo mía. Y es que he reivindicado la palabra amor tantas veces y de tantas maneras diferentes que... Toca soltar las tensiones y coger las riendas que algún día decidimos soltar y volvernos independientemente dependientes el uno del otro. De las subidas y las bajadas, de lo inestable del futuro y de lo abrumador del presente. De lo bueno y lo no tan bueno. De nosotros.


Eres la mejor historia de amor que he retomado/ empezado. La mejor que tendré nunca.

Gracias.
Te quiero, AMOR PROPIO. 
No dejes/dejaré que nos volvamos a separar nunca más.


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